Técpatl o cuchillo de pedernal

Yolotl González Torres et al.

Las piedras sagradas. Mitos

Algunas piedras aparecen como elementos centrales en relatos míticos. Según una de las versiones del nacimiento de Quetzalcóatl, éste fue engendrado por una piedra verde que cayó en el seno de su madre, Chimalma, cuando barría. De acuerdo con un mito nahua, Citlalicue, “la de la falda de estrellas”:

...parió un navajon ó pedernal (que en su lengua llaman tecpcatl), de lo cual, admirados y espantados los otros sus hijos, acordaron de echar del cielo al dicho navajon, y así lo pusieron por obra. Y que cayó en cierta parte de la tierra, donde decian Chicomoztoc, que quiere decir “siete cuevas”. Dicen salieron de él mil y seiscientos dioses (en que parece querer atinar á la caida de los malos ángeles), los cuales dicen que viéndose así caidos y desterrados, y sin algun servicio de hombres, que aun no los habia, acordaron de enviar un mensajero á la diosa su madre, diciendo que pues los habia desechado de sí y desterrado, tuviese por bien darles licencia, poder y modo para criar hombres, para que con ellos tuviesen algun servicio. Y la madre respondió: que si ellos fueran los que debian ser, siempre estuvieran en su compañía; mas pues no lo merecian y querian tener servicio acá en la tierra, que pidiesen al Mictlan Tecutli, que era el señor ó capitan del infierno, que les diese algun hueso ó ceniza de los muertos pasados, y que sobre ello se sacrificasen, y de allí saldrían hombre y mujer que despues fuesen multiplicando (fray Gerónimo de Mendieta, 1980, pp.71-78).

Como el pedernal se utilizaba para producir fuego, era un elemento fundamental para los pobladores del México antiguo, quienes llegaron a deificarlo. Se pensaba que el pedernal y la obsidiana se encontraban en los lugares en que caían los rayos y por ello su creación se atribuía al dios de la lluvia. De hecho Chac, el dios maya de la lluvia, porta un pedernal y en ocasiones él mismo es un pedernal personificado. Entre los mexicas, las navajas de pedernal también eran representadas con atributos humanos, frecuentemente con una amenazante boca abierta como indicio de su habilidad para cortar la carne. Es posible que ltztlacoliuhqui- Ixquimilli, el dios de los castigos, la helada y el castigo a los adúlteros, fuera representado como uno de esos pedernales personificados. El cuchillo utilizado en los sacrificios humanos era llamado técpatl y se le atribuía vida propia. Además, técpatl era el signo decimoctavo del tonalpohualli, uno de los cuatro portadores del año, y se encontraba asociado al rumbo norte del universo. Los mexicas dedicaban el día 1 técpatl a su deidad tutelar Huitzilopochtli y le dedicaban ofrendas, además de poner sus adornos al sol.

 

Yolotl González Torres. Doctorado en antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Investigadora de tiempo completo en la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH.

González Torres, Yolotl et al., Arqueología Mexicana, núm. 27, pp. 72-73.

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Rocas y minerales prehispánicos