¿Cuauhxicalli o vasija que simula un tambor?

Javier Urcid

Como parte de una “Pieza del mes” que el Museo Nacional de Antropología selecciona para dar a conocer su rico acervo, figuró hace algún tiempo un estupendo contenedor tetrápodo procedente de una ocupación del Posclásico Tardío en la Sala 1 del Palacio Quemado en Tula, Hidalgo.

Aparentemente fue encontrado en pedazos y ahora luce reconstituido. Tiene una forma cilíndrica de amplio diámetro (37 cm), baja altura (14 cm) y relativo grosor (1.5 cm). Los soportes, chatos, están escalonados. Éstos y la parte baja del cuerpo tienen un acabado exterior en engobe y de color rojo. La mitad superior del cuerpo simula la piel moteada de un jaguar, y ésta termina abajo en un borde blanco de doble línea y pequeñas rayas en diagonal.

Este último ornato denota el pelaje largo que crece alrededor del hocico y en las orillas ventrales del torso, extremidades y cola de los felinos. También se reproduce en las representaciones de cojines ceremoniales forrados con piel de jaguar.

Según la cédula de la “Pieza del Mes”:

…se trata de un cuauhxicalli, vasija ritual en la que se depositaban ofrendas de diferente índole. Específicamente, esta pieza es una vasija océlotl cuauhxicalli, es decir, con forma o alusiva a un jaguar. El cuauhxicalli, cuya traducción del náhuatl es “recipiente de águila”, fue uno de los muchos complejos culturales representativos de la cultura mexica. Estas obras presentan en el centro grandes oquedades para albergar ofrendas, corazones humanos u oblaciones de sangre (Castillo Bernal, 2016).

 

Imagen:  Vasija tetrápoda, Tula, Hidalgo. Museo Nacional de Antropología. Foto: Archivo Digital de las Colecciones del MNA, INAH-Canon.

J Javier Urcid. Doctor en antropología por la Universidad de Yale. Profesor en el Departamento de Antropología de la Universidad de Brandeis, Boston, Massachussetts.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Urcid, Javier, “¿Cuauhxicalli o vasija que simula un tambor? ”, Arqueología Mexicana, núm. 184, pp. 68-73.