Cantos de la naturaleza

Francisca Amelia Zalaquett R. y Martha Ilia Nájera C.

Cantos de la naturaleza. Silbatos y flautas de aves entre los mayas

La presencia de las aves persiste en todos los ámbitos, tiempos y acciones de los mayas. Volar, bucear y posarse en la tierra, les permite transitar de un ámbito a otro; a la vez, se conectan con diversas divinidades y fungen como sus intermediarias por medio de los cantos escuchados al amanecer, al atardecer, al cambiar una temporada y al acercarse la lluvia o los fuertes vientos. Por ello, los mayas las conciben como comunicadoras y emisoras de mensajes o augurios positivos y negativos que se atenúan con el ritual y la ofrenda.

Este diálogo entre las divinidades y los seres humanos a través de los cantos de las aves se materializó en los ritmos y tonos de silbatos y flautas zoomorfos que muchas veces reproducen con viveza sus sonidos naturales. Un ejemplo lo encontramos en los silbatos de rapaces nocturnas del orden de los Strigiformes, como búhos y lechuzas excavados en Jaina (Clásico Tardío)  y Mayapán (Posclásico Tardío), ubicados en contextos funerarios, lo cual pudo ser una forma de apropiarse de ciertas características de las aves para que guiaran al difunto en su viaje por el inframundo.

Quizá se tocaban en vida y establecían un diálogo entre el ejecutante y el silbato, trascendiendo un tiempo cotidiano para ingresar a uno sagrado. En cambio, las ocarinas o flautas globulares del Clásico Tardío provenientes de Calakmul y Tikal también emiten sonidos, pero al poseer mayores rangos y variedades tonales son más complejas y se utilizaron con fines más diversos, dado que se ubicaron en contextos habitacionales y ceremoniales, no funerarios, asociados a actividades relacionadas con otras figurillas e instrumentos sonoros, donde se reunían los mayas para danzar.

En Tikal, algunas expresiones plásticas del búho reflejan un sentido bélico y parece responder a la entrada de formas teotihuacanas al área maya alrededor de la séptima década del siglo IV d.C. En ocasiones el ave se asocia con el dios L de los códices del Posclásico, llamado en los textos del Clásico Uhxla’un Chanal Kuy, Búho de los Trece Cielos, antigua deidad nocturna; anciano, desdentado y con ojo serpentiforme, gobierna entre los seres del inframundo y es relevante en escenas primordiales al representar en el momento de la creación, el establecimiento del orden, del principio y el fin de un tiempo caduco.

Imagen: 1. Silbato de búho excavado en Jaina en 1957. 8.4 cm de altura. Clásico Tardío (600-850 d.C.). Sala Maya, MNA. Foto: Archivo Digital de las Colecciones del MNA, INAH-CANON. 2. Silbato de búho excavado en Jaina en 1964, pozo 3 (121). 9.4 cm de altura. Clásico Tardío. Sala Maya, MNA. 3. Silbato de búho excavado en Mayapán, durante las exploraciones de la Carnegie Institution of Washington. 16.3 cm de altura. Posclásico Tardío (1200-1450 d.C.). Bodega del Museo Palacio Cantón, Mérida. Foto: Andrés Alux Medina. 4. Ocarina o flauta globular de búho excavada en Calakmul, Estructura II, escalinata principal. 5.6 cm de alto. Clásico Tardío. Ceramoteca de la Universidad de Campeche. Foto: Andrés Alux Medina.

Francisca Amelia Zalaquett R. Doctora en antropología por la UNAM. Se especializa en análisis de instrumentos y paisaje sonoro mesoamericanos. Investigadora del Centro de Estudios Mayas, UNAM.

Martha Ilia Nájera C. Doctora en Historia por la UNAM. Sus investigaciones se centran en la religión maya. Investigadora del Centro de Estudios Mayas de la UNAM.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Amelia Zalaquett R., Francisca y Martha Ilia Nájera C., “Cantos de la naturaleza. Silbatos y flautas de aves entre los mayas”, Arqueología Mexicana, núm. 182, pp. 46-51.